domingo, 19 de diciembre de 2010

Le apuntan a la cabeza...

River organizará en la semana una reunión con D'Alessandro para seducirlo con el plan retorno. La idea es que sea el cerebro del modelo 2011, cueste lo que cueste.
La cuestión es llegar a buen Porto Alegre. Los 1.063 kilómetros que separan a ese confín brasileño de Buenos Aires no parecen tan lejanos si se los mira desde el Monumental. La ruta para traer a Andrés D'Alessandro será larga, trabada, con el consabido tránsito del recambio veraniego, pero aun así en River creen que llegarán a destino. Esta vez sí.
El optimismo es proporcional a la decisión con la que irá Passarella. Antes de las Fiestas, entonces, se organizará una reunión con D'Alessandro y con su entorno para empezar formalmente la gestión.
El zurdo, que ayer se despedía del Mundial de Clubes con un gol al Seongnam Ilhwa de Corea (4-2), pasará las próximas horas literalmente en el aire, volviendo desde Abu Dhabi. Una vez que pise el suelo americano ya estará de vacaciones. Pero acaso no podrá descansar del todo. Con sus declaraciones del viernes dejó una gran puerta abierta al sueño de River: "Es un placer y un orgullo que piensen en mí. No voy a jugar gratis, pero lo económico nunca será una traba", dijo el Cabezón.
¿Por qué este juego de seducción puede no resultar un deja vu de lo que ya ocurrió en otros mercados de pases? La respuesta es monetaria y futbolística. Monetaria porque hay voluntad de pagar los más de 6.000.000 de dólares pretendidos por el Inter de Porto Alegre así también como el alto valor contractual del jugador. Y futbolística porque al Cabezón, con 98 partidos en el club y tres títulos, se lo pretende poner casi como el dueño de la pelota. El plan Andrés consiste en potenciar el modelo 2011 alrededor de su figura.
Posiblemente haya pocos futbolistas, si los hay, que encierren sus aptitudes conceptuales para asumir el liderazgo de River. Sería el reemplazo simbólico de un ídolo en crisis llamado Ortega. Pero sería, además, el hueso creativo que está faltando en la columna vertebral constituida por Carrizo, Almeyda y Pavone. En suma, lo suyo equivaldría a un verdadero salto de calidad. El club procura darle descanso a la política de la cantidad de los últimos mercados de pases a fin de enfocarse en una sola ficha. D’Alessandro tendría, incluso, un costo menor que el que sumaron en conjunto los Maidana, Acevedo y Román.
Habrá que formalizar ventas, fideicomisos y demás estrategias financieras para que la fantasía no quede en Porto Triste.

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