River volvió a encontrar en Pavone al goleador que no tenía desde la partida de Falcao, hace ya un año y medio."Los goles se pagan", decía Pipo Gorosito hace dos años, unos días antes de asumir en River, ya con la preocupación de sumarle un goleador a ese equipo que había terminado último y con Buonanotte, un mediapunta, como Pichichi. Los dirigentes depositaron los billetes por Fabbiani y fue como tirar la plata (un año y tres goles). Para colmo, después del primer semestre del Ogro en Núñez, se fue su socio en el ataque, Falcao. El Tigre se puso la camiseta del Porto y en un año y medio ya convirtió más de 50 goles mientras en el Monumental se transformó en un sufrimiento encontrarle un reemplazante hasta que apareció Pavone.
El Tanque, con cinco goles en 15 partidos en su primer semestre con la camiseta de River, marcó una tendencia positiva en cuanto a efectividad. Le costó arrancar, pero una vez que se puso a punto físicamente tuvo el puesto asegurado. Algo que por ejemplo nunca consiguió Canales, el 9 que trajo Passarella en enero. El Mágico, que gritaba seguido en Chile, apenas lo hizo dos veces en Argentina y regresó seis meses antes a la Unión Española, adonde retomó la costumbre goleadora: anoche hizo dos más para eliminar al Audax y clasificar a su equipo al Repechaje de la Copa.
A préstamo hasta junio, la continuidad de Pavone será uno de los objetivos para la siguiente temporada. Los goles se pagan y en Núñez empezarán ya un plan de ahorro para no perder al goleador que tanto les costó encontrar.
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