Carlos Sánchez, uno de los refuerzos de River, aún no termina de digerir su presente: "En el vestuario me miré al espejo para ver como me quedaba la camiseta", reconoció. Además, contó las bromas que le hace Almeyda y sus sensaciones del debut.
Al enterarse de que Carlos Sánchez, el uruguayo que se había transformado en la figurita de Godoy Cruz, llegaría a River para disputar la B Nacional, muchos pusieron el grito en el cielo. Claro, a varios les hubiera gustado abrocharlo para la Primero o, incluso, el exterior. Sin embargo, para el volante nacido en Montevideo llegar al Millo fue cumplir un sueño: "Antes de salir a la cancha, en el vestuario, me miré en el espejo para ver cómo me quedaba la camiseta de River. Todavía no caí de que debuté en un equipo tan grande y que fui protagonista de un hecho histórico".
Nuevamente, el prejuicioso podría pensar que el charrúa habló con el cassette puesto, pero como bien contó, empezó de abajo: "No puedo creer que después de tanta lucha, tanto sacrificio al venir de una familia muy humilde, haya podido cumplir el sueño de jugar en un club como River".
Si bien Almeyda se encargó de que cada uno de los refuerzos pudiera acoplarse de la mejor manera, con el 8 usó una técnica muy particular: "Almeyda me vuelve loco. Todo el tiempo me dice que yo lo retiré porque cuando nos enfrentamos, chocamos y él se lastimó una costilla. 'Vos me retiraste', me dice todo el tiempo".
Por último, en sintonía con las declaraciones del Torito Cavenaghi, y para contestarle a esos que pensaron que no era un hombre para la B Nacional, tiró: "Al menos en este primer partido, no sentí ninguna diferencia con la Primera. No me pareció un partido del Ascenso, para nada. Por River, por el estadio, por la gente, por el rival". Sánchez ya es uno más.
No hay comentarios:
Publicar un comentario