domingo, 21 de agosto de 2011

La caza del Chori

Domínguez se fastidió y vio la amarilla por quejarse de las reiteradas faltas que sufrió. Lo buscaron...
En 18 segundos, Alejandro Domínguez había ido dos veces al piso y le había metido un pase hermoso a Carlos Sánchez. Muestra de amor propio y de jerarquía en el amanecer del partido. Casi dos horas después, el Chori vio el final del 3-1 desde el banco, algo más calmado tras una salida al borde de un ataque de nervios.
Lo que pasó en el medio es lo que puede llegar a venir de ahora en adelante y para lo que el 10 de River deberá estar preparado. Lo fueron a buscar y es posible que lo vayan a buscar los próximos rivales. No es una premonición temeraria, sino lo que dejó la visita a Independiente Rivadavia. Entre Brítez Ojeda y Solís le hicieron sentir el rigor más que nada cuando recibió de espaldas. Además, Domínguez se fastidió con Aveska por una entrada violenta y con Diego Abal por permitirla sin sancionar nada. Ahí, el juez lo amonestó (a los 27 minutos del segundo tiempo), al Chori le subió la temperatura y fue calmado por Nicolás Domingo. Ahí, también, dejó la cancha con un botín en su mano.
"Mostró carácter", lo elogió Almeyda más tarde. Y de eso se trata, en definitiva. Claro que ese carácter no sólo incluye ir al piso como fue y embarrarse como se embarró, sino también elevar su grado de tolerancia para soportar embates como los que recibió y recibirá.

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