viernes, 26 de noviembre de 2010

JJ marca registrada...

El DT, que en 17 días sedujo a jugadores y dirigentes, no se diferencia de Cappa sólo en la idea y los cambios: su rutina incluye doble turno y un mayor rigor. "Nos tiene cortitos", sintetizó Pavone.
Marca. Les respira en la nuca a sus jugadores. Los motiva. Los arenga. Adentro de la cancha y afuera. Rasgo de un nuevo ciclo, no fueron pocos los futbolistas que destacaron el estilo que impuso Juan José López en los 17 días que lleva como DT. Y más allá de los elogios, lo cierto es que el Negro tiene un librito que en algunos aspectos contrasta con el Angel Cappa. La marca de JJ está registrada.
Incluso dejando de lado los gustos futbolísticos (su estilo pragmático y vertical dista del tiki tiki), los planteos (recién después de dos partidos probó con un par de delanteros) y hasta los cambios, Jota Jota se diferencia de su ex también en cuestiones de rutina. La agenda sufrió tres variantes: el inicio de las prácticas pasó de las 10 a las 9, una vez por semana hay doble turno y la concentración arranca los viernes a la noche y no los sábados.
Hechos, no palabras, una vez que termina la charlita previa al trabajo aparece un técnico que no se queda quieto. Sigue de cerca los movimientos de los jugadores y para los ejercicios mil veces para marcar qué quiere y, si es necesario, también levanta la voz. "Vamos, toquemos que la pelota no se cansa", suele repetir.
"Nos tiene cortitos, especialmente a los más jóvenes", admite Pavone. En la semana, el Negro es un técnico con cuatro ojos. Mientras él hace de árbitro, corrige y ordena desde adentro de la cancha, a un costado se queda Héctor Pitarch para anotar y sacar conclusiones, ejercicio que el Flaco también repite cuando se juega por los puntos: es el que lleva la carpeta al banco de suplentes. Durante los partidos, en cambio, López habla mucho con Fillol, que en las prácticas está abocado al trabajo de arqueros.
Y tal vez la cuestión que más distingue a Jota Jota de Cappa es la preocupación por el rival. Apenas asumió, pidió que le armaran compactos con los puntos fuertes y débiles de los contrarios para mostrarles a los jugadores, como hizo ayer un rato antes del entrenamiento. Así, con ese librito y todo el respaldo de Passarella, el Negro ya sumó cuatro puntos de seis en la tabla y unos cuantos más con el plantel y también con los dirigentes, que cada día que pasa le dan más chances de continuar en el cargo después de fin de año.

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