sábado, 21 de mayo de 2011

"Voy a quedar en la historia como el técnico que salvó a River del descenso"

El entrenador pone la cara en un momento crítico y determinante para la vida de River.
¿No tenés miedo de quedar en la historia como el técnico que se fue al descenso con River?
-Yo voy a quedar en la historia como el técnico que salvó a River del descenso.
Qué contraataque metiste...
-Es que éste es un momento difícil, complicado, inédito para el club, pero vamos a salir de esta situación. No te olvides que yo salí campeón con Labruna después de la racha de dieciocho años sin títulos.
¿Sabías la movida que iba a hacer Passarella en la AFA, pidiéndole la renuncia a Grondona?
-No, no me lo dijo previamente. Hablamos antes del partido con Boca, cuando designaron a Loustau como árbitro. Y me dijo que planteó su total desacuerdo con la designación. Yo le creo, obviamente.
¿Y conversaste con Daniel luego del estallido que provocó su intervención en el Comité Ejecutivo?
-No, pero nos pasamos mandándonos mensajitos de texto.
¿Y qué se dicen?
-Nos apoyamos mutuamente. Cada uno desde su lugar, él como presidente y yo como técnico, hacemos lo imposible para que a River le vaya mejor.
Con una mano en el corazón, y a partir de esta guerra desatada, ¿creés que la AFA puede mandar al descenso a River?
-No. Realmente no lo creo. A través del tiempo, muchos clubes se han quejado, no es sólo River.
¿Hablaste con los jugadores sobre el caso Passarella-Grondona? Puede ser algo que les agregue mayor presión aún.
-Hablamos, pero lo justo y necesario. Quiero que ellos sigan compenetrados en este proyecto y en el objetivo esencial, que es mantener la categoría. Están bien mentalmente, fuertes, con la misma confianza y con la misma entrega. Faltan cinco finales y, ahora sí, son más finales que nunca porque no hay retorno.
Se entiende lo que decís, pero si todavía no consiguieron el alivio requerido es por los problemas propios del equipo. Si les ganás a Independiente y a Racing de visitante, y perdés con Godoy Cruz y All Boys en el Monumental, algo falla.
-Reconozco que nunca nos pudimos sacar de encima el karma del descenso. Y no es fácil jugar con la espada de Damocles sobre la cabeza, mucho menos para los pibes que tenemos. Si ya estuviéramos salvados, estoy convencido de que los chicos alcanzarían un nivel muy superior, se afianzarían con rapidez. ¿Vos creés que Funes Mori hubiera errado el gol que erró contra All Boys si estuviésemos peleando el título y no el descenso? La presión es grande. Y no es fácil asimilarla.
La carencia de gol es notable: hicieron apenas once en catorce fechas. ¿Y sin goles cómo hacés para ganar? Más ahora, que no tienen otra alternativa que ganar.
-No es un secreto para nadie que nos falta gol. Por eso sigo cambiando, ensayando, trato de encontrar variantes. De la mitad hacia atrás, estamos bien, sólidos, nos hacen pocos goles. El problema está, repito, del medio hacia el otro arco.
¿Te arrepentiste de haber tomado River en el peor momento de su historia?
-No estoy arrepentido; estoy feliz. Mi sueño era dirigir a River y, aún en estas circunstancias tan críticas, lo vengo cumpliendo. Estoy compenetrado y comprometido con los jugadores, con Passarella.
¿Tu vida es la misma de antes?
-No, para nada. Ser técnico de Inferiores era otra cosa. Pero todo esto me agarró en un buen momento, con experiencia, con serenidad, con criterio para leer el futuro.

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