lunes, 28 de febrero de 2011

Una vez fue Juan Manuel Diez...

El uruguayo la rompió por el costado izquierdo y desde su zurda partieron tres asistencias que no fueron gritos.
Tiene apellido y nacionalidad de dos ídolos de River. Idolos de aquella época de gloria, galera y bastón. Estos son otros tiempos, ya se sabe, de otro Díaz y de otro uruguayo. Sin embargo, una noche Juan Manuel Díaz fue Juan Manuel Diez.
Con la 13 en la espalda, es cierto, pero recorriendo la banda izquierda como los antiguos 10 y siendo el jugador más claro del partido en el último pase. Y el yorugua tuvo tres de esos últimos pases que sólo no aparecerán en las estadísticas como asistencias porque no terminaron en la red. JM dejó tres veces a sus compañeros de cara al gol.
En las dos primeras, hubo combinaciones en velocidad con Lamela, llegada casi hasta el fondo y centros precisos. En una, Pavone, de aire, definió al cuerpo de Hilario Navarro. En la otra, Ferrari le puso el moño a un jugadón colectivo, pero el línea Esquivel anuló mal el grito por un offside que no existió. Ya en el segundo tiempo, el ex Estudiantes sorprendió con un cambio de frente calibrado que el Tanque mandó afuera.
En la semana, cuando todavía Pereyra le peleaba el carril a Díaz, Jota Jota López dijo sobre el uruguayo: "Nos da solidez en defensa y un desahogo por el lateral, porque puede pasar al ataque como el Tucu y por sorpresa, ésa es la idea. Después se verá en el partido". Y justamente fue eso lo que se vio, porque este defensor por naturaleza se destacó en cada trepada, aunque también cumplió abajo, sobre todo en ese cruce salvador sobre el final del primer tiempo, cuando Fredes ya se relamía con el gol.
En definitiva, JM se convirtió en un comodín inesperado para este River.

No hay comentarios:

Publicar un comentario