domingo, 20 de febrero de 2011

River ganó una final frente a Huracán

Había que ganar en el Monumental, los tres puntos era lo único que River podía permitirse en su estreno en el Monumental ante un contrincante débil como Huracán, que justamente es un rival directo en la pelea por no descender, y tras haber sacado un punto en la visita ante Tigre. El triunfo fue vital para lograr la primera victoria en el Clausura 2011 y conseguir una ventaja importante de 7 puntos en el Promedio sobre el Globo. El click llegó en el complemento, después de un primer tiempo despojado de ideas, con el equipo demostrando otra imagen en el segundo acto. Resultó decisivo la aparición de un Pavone brillante para los goles de Lamela y Ferrari.
La foto de River en el primer tiempo fue parecida a la del verano: sin ideas, con algo insuficiente de Lanzini y Pereyra, pero solamente con empuje para generar las acciones de peligro, algo preocupante teniendo en cuenta que el Globo apenas puede caminar por la cancha. Lamela apagado, Pavone atrapado en la lucha, pocos argumentos en una jornada decisiva. Jota Jota debe haber pegado algún grito para buscar la reacción. Y lo logró. Arrancó la segunda mitad, y ahí sí, un Lamela decidido empezó a cambiar las cosas junto a un Pavone estelar para lavarle la cara al equipo. Y fue otro River.
El primer tanto nació del toque de Acevedo para Lamela, que prosiguió con una pared perfecta entre el zurdo y Pavone, para que el `10´terminara marcando el 1-0, su primer festejo en casa. El gol acentuó la desnivelación entre ambos cuadros. Con poco en el primer tiempo -Lanzini había mandando una pelota al poste-, River ya había sido superior. Ahora en ventaja y con Lamela, Pavone, Ferrari y Acevedo encendidos, hasta empezó a generarse un toqueteo de primera que hasta levantó algunos "ooooole" en las tribunas.
Ferrari se mandó continuamente durante todo el encuentro. Se abusó de la debilidad de Angeloff en la marca para penetrar toda la primera mitad, pero no las terminó de la mejor manera. Tuvo revancha a los 60 minutos, cuando Pavone volvió a ponerse el traje de asistidor para mandarle el centro que él selló con una palomita para el 2-0.
A la enjundia de Ferrero y Almeyda, se le agregó la buena tarea de Acevedo para arrancar la generación, las maniobras de crack de Lamela y el utilitarismo de Pavone para asistir. La confianza y juego se incrementaron tanto que se esperaba llegar al 3-0 sin problemas. Hubo chances para que fuera goleada, aunque también algunas desatenciones en la marca que le dieron a Huracán la posibilidad de descontar, algo que no logró porque Cámpora y Guerra definieron con todas las deficiencias posibles.
Se ganó confianza, se le sacó un buen trecho a un rival directo en la pelea de los Promedios, también se aumentó la diferencia con Gimnasia, aunque Olimpo empezó a crecer -ganó sus dos duelos y divide por una sola temporada-, y ahora se está a cuatro puntos de Independiente, el rival de la próxima fecha, que encima juega Copa Libertadores en la semana. El triunfo termina siendo positivo por todo eso, pero también por la reacción mostrada y, sin olvidar las facilidades que entrega Huracán, se vivió una de las mejores producciones en el ciclo de JJ López en el final.

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