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En un partido caliente y fundamental, a los pibes de River no les tembló el pulso para sacar de adentro toda la valentía, agallas y temple para afrontar como hombres este duelo contra Independiente.
De los 11 que saltaron a la cancha, siete son producto del semillero. Salvo los cuatro del fondo; el arquero, los volantes y los delanteros tienen el sello riverplatense en su sangre desde pequeños. Como la historia manda, River le ganó a Independiente y llenó de fiesta las tribunas y el campo de juego.
Si bien las intervenciones de Jonatan Maidana y Paulo Ferrari fueron determinantes en pasajes del partido, lo cierto es que la última línea no estuvo tan firme y mostró algunas falencias, pero se supo reponer sostenida en la gran labor de Juan Pablo Carrizo, clave por donde se lo mire.
Arriba, que los chicos se diviertan. Y con chicos no se hace referencia a Independiente, sino a Affranchino, Pereyra, Lanzini, Buonanotte, Funes Mori y Mauro Díaz, cuando ingresó. Tres victorias seguidas; la confianza, a pleno.
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