Ánimo de primera...

Almeyda quería que su plantel recuperara la sonrisa, y lo consiguió. En Ezeiza hubo cargadas, roles invertidos y un picado de película.
El predio de la AFA en Ezeiza está en silencio. ¿Tensión? No hay hinchas locales ni visitantes (en realidad no está claro que equipo ejerce la localía) pero la rivalidad enfrenta veredas y raspa como los tapones de Lechuga Roa, ex arquero devenido a lateral derecho. El Keko Villalva ordena la defensa por si hay rebote. Almeyda toca el silbatazo. Chichizola (¿no era arquero?) toma carrera para fusilar al Chori Domínguez (¿no era el 10?), quien se estira y se estira, y no llega a evitar el gol. "Dale, Chori, usá las manos, dejate de hinchar: sos un desastre", critica Fernando Cavenaghi a la distancia. Sobran las carcajadas. El ánimo del River de Almeyda es de primera.
Las dos victorias en los dos partidos de la BN llevaron sonrisas al plantel del Pelado. Los seis puntos templaron los nervios. El 100% de efectividad recuperó los guiños cómplices, las bromas colectivas, el buen clima que se había desvanecido a fines de junio con el doloroso descenso. Pero ayer, Almeyda cerró la práctica con un fútbol informal. La estrategia dio resultado: hubo alegría de sobra.
Gabriel Amato (luchando contra los pelos que no le dejaban ver nada) empezó de central pero se cansó de las indicaciones del Keko y se fue al ataque. Nico Domingo se puso los guantes y soportó con estoicismo que los rivales le quisieran robar uno de los palos del arco (defendió su portería con hidalguía). Alayes y Arano (goleador, hizo un doblete) jugaron a ser Cristiano Ronaldo y Benzema y se ubicaron de delanteros picantes. Gonzalo Marinelli metió un golazo de tijera pero se lo anularon. Almeyda (árbitro) cobró tres penales de ficción. Y así se fue una de las tardes más disfrutadas por los jugadores. El resultado fue lo de menos. Sobresalió la buena onda. Los retos del K-K (Kaiser Keko). Y la sentencia contundente del Torito: "Salí del arco, Chori, te lo pido por favor". Un ánimo de primera.