lunes, 17 de enero de 2011

Los pibes 10...

Manu, Coco y el Enano son las joyitas del club y los grandes candidatos a quedarse con la camiseta que usaba Ortega. Mientras los hinchas esperan que se la ponga Lamela y Jota Jota no descarta dejarla sin dueño, los tres se ilusionan con herederar la pilcha del Burrito. "Al que le toque va a estar bien", dicen.
En este verano han quedado como los posibles sucesores de Ortega en el uso de la significativa camiseta número 10. Jota Jota dijo que los tres están ternados. ¿Qué dicen ellos? "Vamos a ver qué pasa. Aparentemente, según lo que me comentó el utilero, me la pueden dar a mí. Sería muy lindo", dice Buonanotte. "Yo soy el más chiquito de los tres, así que por respeto se las cedo a ellos", dice, humilde, Lanzini. "Con tal de estar en el equipo, me pongo la 40", dice Lamela.
"Yo admiro a Coco y al Enano. A Erik lo conozco desde chiquito, es un crack. Tiene cambio de ritmo, pegada, cabezazo, sacrificio. Y Diego, además de gran persona, ya pudo sacar a River campeón", responde Lanzini. Y Buonanotte: "Son fenómenos, aunque distintos. Manu es más armador y Erik te mata en el mano a mano y en la pegada".
Y Lamela: "Me siento cómodo con ellos porque jugamos a lo mismo. Es que venimos desde abajo".
Da la impresión de que los tres pibes no son pibes.
Si no estuvieran con la pilcha de River podrían pasar por adolescentes en plan veraniego. Pensar que el mayor es Buonanotte, 22 años, y con inminentes responsabilidades de papá. Sus laderos casi no tenían estadísticas de Primera hasta hace apenas unos meses.
Lamela resulta uno de los jugadores de moda habiendo disputado apenas 15 partidos y convertido dos goles. Lanzini tiene otros ribetes de precocidad, con 17 años y ocho presencias como profesional. En el stock de enganches en el plantel también aparecen Mauro Díaz y Rodrigo Rojas. Jota Jota entiende que no dispone de ningún diez puro. El Enano ha brillado casi como wing en la era Simeone y ahora tiene perfil de doble enlace. Lamela crece como un media punta libre tras haber arrancado en la Reserva un proceso de acondicionamiento como volante por izquierda. Y Lanzini, admirador de Aimar, es verticalidad pura.
Sus piernas hablan en euros. Uno ya fue transferido, el otro está a punto de serlo y el tercero es un proyecto de traspaso récord. Uno deberá presentarse en el Málaga de Pellegrini y Demichelis, el otro está en la carpeta de ilusiones del Milan y por el tercero van apareciendo interesados. Uno ya fue jugador de la Selección Juvenil, los otros iban a serlo en el actual Sub 20 pero River prefirió retenerlos. Con la zurda de uno, el desequilibrio del otro y la visión del tercero se podrían alquilar todas las instalaciones del balneario, y por todo el verano. "Daría todo por irme campeón. Si me dicen que ganamos el título, aunque yo juegue poco y mal, lo firmo", asegura Buonanotte. Más: "Noto que estamos trabajando un montón. Que vamos a correr, no hay dudas", lo siguen sus secuaces.
Tira la pared Lamela: "De nada sirve prometer. Porque en el fútbol puede pasar cualquier cosa. Pero si seguimos como terminamos el último torneo, quizá tengamos la chance de pelear arriba". Agarra la bocha Lanzini: "Vamos de a poco. Debemos empezar bien y después ver para qué estamos".
No parece haber tiempo para recordar infinidad de ocasiones en que sus existencias se entrecruzaron por el fútbol. Una vez Buonanotte le tiró un caño a Neri Cardozo y un alcanzapelotas flasheó. Ese alcanzapelotas llamado Lamela inventó una rabona, que sirvió para el título de la Séptima, y el enganche de la Octava quedó maravillado. El enganche de la Octava, Lanzini, llegó a Primera y fue a parar a la habitación del zurdo que había hecho pasar de largo a Neri. Todo tiene que ver con todo. Porque todos fueron cortados por el mismo genoma riverplatense, aunque no todos podrán usar la deseada 10.
Se va la última... ¿Imaginás cuál de los flaquitos, que están en la playa, se calzará la misma pilcha que vestía el Burrito Ortega?. "Que sea para cualquiera", dicen.

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