viernes, 24 de septiembre de 2010

Pichón del Kaiser...

Adalberto Román, el central preferido de Passarella, reemplazaría a Ferrero. "Trabajo para pelearle el puesto a cualquera", comentó el guaraní.
Finalmente, el Kaiser saciará su deseo de volver a ver de titular al paraguayo Román. Pichón del presidente, y por ende muy bien considerado por Cappa, ¿en Núñez tendrán que acostumbrarse a llamarlo Daniel Adalberto? Cuando Passarella se fue de shopping por el fútbol guaraní, estaba claro que si gastaba tres millones de dólares por Román era para verlo en acción. Sin embargo, el Kaiser se encontró con un Ferrero que sostuvo su titularidad con buenas actuaciones y debió esperar cuatro fechas (desde el partido contra Argentinos) para recibir la noticia de que su ahijado futbolístico estaría desde el inicio en reemplazo de Alexis. Al menos, es lo que se desprende del entrenamiento táctico de ayer.
Cappa tenía ganas de darle la titularidad a Román desde que lo sumó al plantel. Hubo un intento en la práctica de fútbol del jueves 12 de agosto, tres días antes del partido contra Huracán, cuando el defensor paraguayo sólo tenía seis entrenamientos encima y una presencia en el banco. Pero lo que parecía una decisión tomada de sustituir a Ferrero (Román incluso habló ese día en conferencia de prensa con una tonada de quien se ve como titular) al otro día perdió fulgor cuando Angel dejó todo en una amague. Luego lo usó en La Paternal por una lesión de Maidana. Y ahora, esta vez, la prueba del DT no tuvo rasgos de falsa alarma y, si se confirma, jugará por primera vez con Maidana.
Román no sólo jugó para los titulares en el ejercicio de en el Monumental sino que además volvió a asistir a la rueda de prensa. "Yo trabajo para pelearle el puesto a cualquiera. Todavía no está definido si jugaré, fue sólo una práctica de fútbol. Mis compañeros de la defensa vienen jugando excelente. Si me toca entrar será un desafío acoplarme bien. Tengo que esperar la decisión, pero estoy para jugar en un fútbol distinto al paraguayo. Acá hay más velocidad", sostuvo un Adalberto más cauto que hace un mes. Pero firme, convencido... Todo un pichón de Kaiser.

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