Chichizola dice que demostró estar listo para atajar y que, con Vega recuperado, la competencia seguirá siendo "palo y palo". Almeyda, Roa y su relación con el Indio.
¿Con qué mentalidad entraste: para cuidarle el arco a Vega o para quedarte con el puesto?
- Yo entré para quedarme con el arco.
Leandro Chichizola responde con la misma firmeza que abajo de los palos. No deja dudas. Del mismo modo que no quiere dejar el lugar que consiguió por la lesión de su competidor, que ya está recuperado y entrenándose a la par.
Y ahora que el Indio está para volver, ¿cómo seguirá la historia?
- Como en la pretemporada, que fue palo y palo para ver quién se quedaba con el puesto. Ahí me preparé con todo. En realidad, los cuatro arqueros trabajamos a morir. Por eso cuando Mario tuvo la desgracia, yo estaba listo para atajar. No estuve de vacaciones: siempre estuve para responder. Y eso se pudo ver dentro de la cancha.
¿Todavía te sentís observado?
- En el arco de River siempre tenés más ojos encima. Y eso está bueno, porque en la semana trato de mejorar para que se note en los partidos. Yo quiero atajar de la mejor manera posible, aunque los errores van a estar siempre y son parte del aprendizaje.
¿Qué te dijo Almeyda tras la lesión de Vega?
- Me dio tranquilidad de decir que iba a atajar yo.
¿El Pelado es muy exigente con el arco?
- No quiere que rifemos la pelota. Nos pide que salgamos jugando, que para eso tenemos variantes. Contra Chacarita la tiramos mucho para arriba, pero eso lo fuimos mejorando y lo seguiremos trabajando. A él le gusta salir con la pelota dominada. Yo siempre trato de jugar seguro. Tenés que decidir en centésimas y atrás no podés arriesgar. Ya me pasó con Vélez: un error es un gol en contra.
¿Las macanas enseñan o dejan marcas?
- De todo se aprende. De los errores y también de las virtudes. Tenés que mejorarlas para que sean excelentes. Yo miro bastante lo que hago. Y me gusta observar lo que hago mal para corregirlo.
¿Qué aprendiste del gol que te hicieron en Mendoza, el de la discusión con Sánchez?
- Que me lo hicieron en el primer palo, y el primer palo es del arquero. Y que fue un momento de calentura, que cuando pasa, lo hablás y lo aclarás en el vestuario. En el partido el corazón te late a mil. Eso te lleva a hacer ese gesto. Pero no pasó más que eso: una simple discusión que esta vez quedó más expuesta por mi empujón. Aunque no fue nada.
¿Quién tenía razón: Sánchez o vos?
- No sé. Me molestó que me viniera a recriminar. Pero los dos reaccionamos mal. Y el error fue mío. Pero no me quedo con el error, porque enseguida te viene otra pelota y no te podés detener en lo que pasó. Hay que dar vuelta la página rápido y pensar en lo que sigue.
¿Te sirvieron los cinco partidos que jugaste en el torneo pasado?
- Sí, por supuesto. Los minutos que suma un arquero lo hacen más maduro. Aquella vez me tocó entrar por la lesión de Juan (Carrizo) y sabía que tenía un tiempo para demostrar. Quise hacer lo mejor, darles seguridad a mis compañeros y que River estuviera puntero en los cinco partidos en los que me tocó atajar. Por suerte se dio.
¿Y te costó meterte de nuevo en este arco?
- A medida que pasan los minutos, vas sintiendo más confianza. Lo más importante es brindarles tranquilidad a mis compañeros y creo que lo estoy haciendo. Me siento muy contento con el rendimiento. El balance es muy positivo: el equipo está saliendo adelante y da gusto jugar...
¿Hablás con Vega del puesto?
- Sí. Hay un buen compañerismo. Con el Indio, con Gonzalo y con Gaspar (Servio) me llevo muy bien. Siempre es importante que un arquero te venga a corregir cosas porque uno lo escucha de otra manera.
¿Cuánto te ayuda tenerlo a Roa de entrenador?
- Tengo que aprovecharlo porque no siempre te toca un entrenador de arqueros así. Siempre que te dice algo es para mejor. El ve los partidos después, por tele, y me ayuda porque me corrige cosas.
¿Contra Defensa va a ser un partido distinto para vos? ¿Vas a tener una presión extra?
- Va a ser un partido muy difícil, pero como todos. Todos los rivales dejan la vida contra River. Quilmes lo hizo y fue un rival muy duro. Y Defensa no va a ser la excepción. Por eso, para poder salir adelante nosotros tenemos que redoblar la energía que los rivales tienen cuando juegan contra River.
miércoles, 7 de septiembre de 2011
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