
Claro que también generó broncas con actuaciones irregulares, con un superclásico en el Monumental para el olvido, y con un ida y vuelta al Celta de Vigo de dudosa índole. Pero entre los amores que despertó, nadie le puede negar su sacrificio para con la camiseta, ese con el que (junto a Lucho González) se convirtió en uno de los últimos volantes por derecha mejor recordados en Núñez.
Ahora, a poco de cumplir 37 años, ¿que tiene Coudet para aportarle al equipo de Matías Almeyda? Un físico capaz de bancarse la edad y experiencia, sin dudas, pero por sobre todo, cuenta la capacidad para levantar a un plantel anímicamente destruído. Hoy, un aspecto fundamental para River. No por nada el Pelado lamentó no poder contar con el Mono Burgos dentro de su cuerpo técnico.
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