viernes, 8 de julio de 2011

San Fernandín...

En el día de San Fermín, al Torito no lo encerraron: al contrario, rescindió con el Burdeos y vuelve a River.
Si hubiera andado por Pamplona, ayer lo habrían corrido con la intención de encerrarlo en la plaza de toros. Sin embargo, este Torito ni cruzó el Atlántico para conseguir justamente lo contrario, liberarse, y volver a meterse en la plaza Monumental. Eso sí, para estar a tono con la fiesta de San Fermín que se festeja todos los 7 de julio en España, Fernando Cavenaghi eligió los mismos colores que se ponen los pamploneses. No fue camisa blanca y pañuelo rojo, sino que desde ayer otra vez tiene puesta la banda roja sobre su pecho. El goleador ya metió su primer cuernazo, consiguió desligarse del Inter de Porto Alegre y del Burdeos, y se transformó en el segundo refuerzo para el River que irá por el regreso a la Primera. ¡Joder! La negociación se cocinó desde Brasil, adonde el delantero se encontraba con Néstor Sívori, su representante, resolviendo la desvinculación del club gaucho, en el que estaba a préstamo. Y entre llamados por teléfono, mails y faxes a Francia, consiguieron rescindir el contrato al que aún le quedaban dos temporadas para jugar en el Burdeos. A pesar de que el técnico del equipo pretendía contar con Cavenaghi en el plantel, el deseo del jugador fue concedido y arregló su salida luego de resignar una pequeña deuda que existía y con la promesa de resarcir al club en caso de que sea transferido el año próximo. De esta manera, Cavenaghi se quedó con el pase en su poder y ahora sólo falta que aterrice en Buenos Aires para firmar a préstamo por un año con River.
"Fernando está muy contento. Sus ganas fueron determinantes porque estaba decidido a volver", comentó un allegado al Torito, que posiblemente el lunes ya se presente para iniciar la pretemporada. Una vez que el equipo de Jota Jota descendió, fue el propio delantero quien dio el primer paso para regresar. El deseo pareció truncarse cuando una vieja pelea con Passarella se reavivó culpa de declaraciones y egos que quedaron aclarados el sábado en la casa de Passarella, adonde fue a reunirse acompañado por Sívori, otro que estaba distanciado del Kaiser.
Esta vez sí River estuvo por encima de los nombres y Almeyda ya tiene el goleador que pidió. Cavenaghi, como el Chori, resignó muchísimo dinero para ponerle el pecho a la banda. Ahora a rezarle por goles a San Fernandín.

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