
"Hay una buena perspectiva. Aún estamos tratando, pero creo que la cesión por un año al River se puede dar. Y esto se finiquita en dos o tres días, no más", asegura con la misma convicción de volver que muestra el delantero contratado por el equipo de Unai Emery hasta diciembre del 2013 y que, según los medios valencianos, rechazó una irresistible oferta del Rubin Kazan, su ex club, de cuatro millones de euros netos por un año.
Salta a la vista que no es la obscenidad del dinero lo que moviliza al Chori. Su ferviente deseo de volver puede más que lo anterior, que el millón y medio que dejaría de cobrar en el Valencia en los próximos 12 meses y que el 20% de esa cifra que encima deberá tributar cuando vuelva a España. Y acá vale la aclaración: por el cambio en la legislación, Domínguez deberá firmar un nuevo contrato en junio del año que viene, tributando el 46% de sus ingresos y no cerca del 25% como hacía por el acuerdo firmado antes del 1° de enero del 2010.
El Chori quiere jugar. En la B Nacional, con River. Sabe que con Emery no lo hace desde hace cinco meses y no lo hará jamás. El DT del conjunto que jugará la Champions Legue porque terminó tercero en la Liga de las estrellas detrás del Barcelona y el Real, en el que están Banega y Tino Costa y acaba de contratar a Dani Parejo, no quiere ni verlo cerca: lo había citado para volver a trabajar en Valencia (con sus colaboradores) el 17, diez días después que al resto y cuando él ya estará de pretemporada en Austria.
Pero si todo marcha como lo presentó el optimista directivo del Valencia, será un recuerdo: el 17 tendrá puesta la de River.
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