jueves, 1 de septiembre de 2011

"Es un partido, no una guerra Quilmes-Dominguez"

El Chori dejó un mensaje pacificador a horas de su regreso a la cancha en la que debutó como profesional. "Cero violencia por el bien del fútbol", dijo el 10 de River.
Alejandro Domínguez volverá a Quilmes casi una década después de su partida a River, allá por el 2002. No es un escenario más para el Chori: debutó en el Cervercero a los 17 años y entre el 98 y su despedida metió ocho goles en 81 partidos. Pero en toda historia de amor hay desencuentros. Y ese cortocircuito se produjo en el Apertura del 2003, después de que los hinchas de Quilmes recibieran con una silbatina al entonces jugador de River. Regido por la ley del ex, esa noche Domínguez empató un partido que el equipo de Pellegrini había comenzado 0-2 abajo (había descontado un tal Cavenaghi). Y ese gol lo gritó como un desahogo. Y ahora que estará de vuelta ante su club formador, el 10 de Almeyda dejó en claro que en su memoria sólo hay lugar para los buenos recuerdos y la gratitud: "Tuve buenos momentos y algunos más tristes, pero estoy tranquilo porque di todo como lo hice con cada camiseta que usé", dijo el Chori sin ánimo de generar polémicas.
En medio de un clima enrarecido, en el que algunos hinchas de Quilmes se movilizaron en las redes sociales para que la gente asista a la cancha con silbatos para pitarlo, el delantero/enganche explicó lo que escribió ayer por la tarde en su cuenta de Twitter y bajó un mensaje conciliador: "Que no olviden que es un partido de fútbol y no una guerra Quilmes-Domínguez", comentó. Y le puso un punto final a los debates sobre su retorno a casa...
El Chori había tomado la decisión de no hablar más del pasado desde que comenzó a recibir (vía Twitter) mensajes de rechazo de algunos fanáticos de Quilmes. Su postura, tras el 3-1 a Desamprados, apuntó a bajar un mensaje armónico. A ponerle paños fríos al cruce de declaraciones. A desdramatizar un partido de fútbol en el que habrá muchas sensaciones cruzadas sobre el césped. "Está bueno que desde adentro demos tranquilidad, nada más. Cero violencia por el bien del fútbol", twitteó durante la hora de la siesta, poco antes de empezar el entrenamiento en el Monumental y en un acto similar al que tuvo la semana pasada, cuando pidió paz tras la pelea entre socios en el estadio. En ese contexto, sus 27.521 seguidores le aclararon que el @carusolombardi que lo provocaba no era el técnico de Quilmes sino un imitador y hasta recibió muchas muestras de respaldo: "Yo te apoyo", "tranqui Chori, no les des bola, estoy con vos. Por favor no más violencia", "es un partido, no la guerra", le escribieron entre tanta banca.
El sábado, el hijo pródigo del Cervecero regresará a su viejo hogar. Pero a diferencia del decálogo hippie, no habla de hacer el amor y no la guerra. Le basta con que el partido se juegue en un marco de armonía.

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