martes, 30 de noviembre de 2010

"Me gustaría ser figura ganando 3 a 0"

San Carrizo dice que "es muy fuerte" el elogio de Almeyda, asegura que va a guardar en su memoria la ovación de los hinchas y se suma al malón: "Cuando no se puede jugar bien, hay que ganar como sea".
Trajiste la estampita?
-¿De qué?
De San Carrizo...
-Nooo. Es muy fuerte lo que dijo el Pelado Almeyda. Yo le agradezco los elogios, pero mi actuación sirve si el equipo acompaña.
Pero fuiste figura.
-Y... Sé que la gente me reconoció. Y que me tocó destacarme. Pero me parece que todo el equipo hizo un gran partido. Y lo más importante, siempre, es conseguir un resultado que beneficie a River.
Bueno, al menos aceptá que tuviste dos intervenciones fundamentales para cuidar el 1-0.
-Sí, lo sé. Por suerte tuve la intuición de achicar rápido y que me hayan pateado al cuerpo. Pero todo es importante. También el no haber recibido goles ante Boca y San Lorenzo tiene que ver con que el resto no les dan la chance a los delanteros rivales de quedar cara a cara conmigo.
Carrizo se siente seguro. Sabe que fue importante para asegurar el triunfo frente a Olimpo y que si no hubiera atorado a Bareiro, la noche del domingo habría terminado en amargura. Pero tampoco se la cree. Con el ego templado, no lustra la chapa de arquero ganapartidos. "Hay veces en las que se destaca otro y el razonamiento es el mismo: lo mejor es sumar de a tres. Y contra Olimpo lo logramos".
Pero no podés negar que a vos los hinchas te despidieron distinto...
-No, seguro. La ovación del público me provocó felicidad. Y me la voy a guardar porque es algo que sucede pocas veces. Aunque el reconocimiento tendría que haber sido general. ¿Por qué? Porque siento que River encontró un orden.
¿Ese es el secreto por el que llevás tres partidos sin recibir goles?
-Es una parte. La otra es que hoy, con Jota Jota, presionamos de mitad de cancha hacia adelante. Eso aleja el peligro, nos hace jugar lejos de mi arco.
¿Hoy se sienten más sólidos como equipo?
-Logramos regularidad. Fue clave el triunfo frente a Boca porque nos dio ánimo y confianza. Pero la clave es no perder la calma.
¿Es la principal diferencia con respecto al equipo que dirigía Cappa?
-No sé. Los jugadores son los mismos... Es lamentable cuando un técnico se va, porque los culpables siempre somos los que salimos a la cancha.
No respondiste.
-A ver, a mí la idea de Angel me entusiasmaba, la compartía. Me gusta jugar bien, pero cuando no se puede, pienso que hay que ganar como sea. Y más en nuestra situación.
¿Sólo sirve ganar?
-Y, sí. Antes de salir a la cancha el domingo, por ejemplo, teníamos en cuenta que un triunfo y una derrota de Huracán nos iban a sacar de la Promo. Y también que el de Olimpo era un partido de seis puntos. No podíamos dejarlo pasar de largo.
Entonces, ¿creés que se ganaron mucho más que tres puntos?
-Sin dudas. Por el momento y porque nos queremos alejar lo más rápido posible de los de abajo.
¿Que vos hayas sido clave significa que River está destinado a sufrir? -No, para nada. Contra Olimpo se dio así, pero no nos olvidemos de que Román hizo un gol después de un muy buen centro de Erik. Y es una prueba de que hay un trabajo de equipo que ayuda a destacarse a las individualidades.
Y vos sos una.
-Yo estoy para responder cuando el equipo lo necesita. Siempre fue así.
¿No te pesa?
-No. En River, o en otros clubes grandes, por ahí te llegan poco y lo importante es brindar seguridad. Contra Boca, por ejemplo, casi no tuve trabajo. Bajé algunos centros. Y justamente ganar esas pelotas le brinda seguridad al equipo. Contra Olimpo fue distinto, pero igual sirvió.
¿Sin tu tapada del final hubiera quedado opacado lo que hicieron? -Obvio. Nos pasó contra Quilmes. No me olvido, eh. Pero por suerte no terminó igual. Bah, por suerte no.
¿Por qué, entonces?
-Porque cuando veíamos que no podíamos meter el segundo y liquidarlo, todos queríamos cuidar la ventaja. Era esencial. No podíamos regalar nada.
¿Tenían miedo de que se los empataran?
-Obvio. El temor está. Más al ser un partido que podríamos haber ganado con tranquilidad. Y por la situación comprometida en la que estamos.
¿Y cómo se juegan estas últimas tres fechas con esa carga permanente?
-Con tranquilidad. Sin volvernos locos. Y tengo fe.
¿Por qué?
-Porque veo un equipo organizado, que está entendiendo los partidos, aprendiendo a leerlos: cuándo presionar, cuándo jugar a un toque, cuándo jugar largo. Ojo, todavía pasamos algunos sustos.
Se notó en el abrazo que te dio Almeyda después de atorar a Bareiro...
-Ja, ja, ja. Puede ser. El Pelado juega con pasión y nos hace bien a todos. Sabe que le queda poco tiempo como jugador y lo disfruta mucho. Es un tipo clave para el grupo.
¿Fue tu mejor partido desde que volviste?
-Creo que sí. Quizá pondría en el mismo nivel al de Independiente, en el que también tuve una atajada al final.
¿Sentís que recuperaste tu mejor nivel?
-No sé si hay un techo. Ojalá que no. Me siento con confianza. Pero a veces vas a buscar la misma pelota, te pasa por abajo del brazo y se te mete. Gracias a Dios, esta vez no pasó.
¿Y en volver a la Selección pensás?
-Siempre. Desde el día que dejé de estar, me hago la cabeza con tener una nueva oportunidad. Trabajo para eso. Y así como no me pongo fecha ni tiempos, sé que la única manera de conseguirlo es haciendo buenos partidos.
¿Como el de Olimpo?
-Sí. Aunque no son los partidos que más disfruto. Yo prefiero otra cosa.
¿Te gustaría no tener que ser figura?
-Y... Yo disfruto cuando tengo buenas tapadas, pero me gustaría ser figura ganando 3 a 0. Así estamos todos felices.

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